Parece que la magia de la Navidad se ha convertido en una frase con un significado orientado hacia la decoración navideña, la visita de Papá Noël en algunos centros comerciales, los pequeños detalles de comerciantes como dejar caramelos en los mostradores, regalar postales navideñas, vestir el árbol de Navidad o poner todas las luces.

Por supuesto que todo esto hace pensar en “la magia de la Navidad” y con razón, porque ¡qué bonito sentimiento nos embriaga en estas fiestas de Navidad!, pero, ¿y si le damos un giro a la magia y pensamos en la magia de verdad? 😉

Exacto. Los auténticos magos de las navidades pueden hacer que los niños pasen un grato muy divertido y sorprendente con sus animaciones. Atraparán su atención con sus trucos de magia, retarán sus mentes en desarrollo con impresionantes desafíos imposibles, convertirán objetos cotidianos en codiciados tesoros, es decir, sacudirán la cotidianidad de la rutina.

Lo bueno que tiene la magia, además, es que se puede enseñar. Durante los festejos de Navidad, los niños pueden asistir a diferentes talleres de magos donde estos, obviamente, no van a revelar sus trucos más espectaculares, pero sí pueden hacer que a los críos les pique el gusanillo y se dejen envolver por la magia de la Navidad aprendiendo así algunas simpáticas bromas con las que deslumbrar a los familiares el día de la reunión para la cena.

Cómo pasar unas navidades mágicas

Los juegos de mano son algo muy importante en el ámbito de lo mágico. Hay que tener los dedos hábiles y la agudeza al servicio del truco, pero lo más importante es la ilusión por aprender, además de tener paciencia para repetir muchas veces. Los trucos de magia  para principiantes se pueden llevar a cabo con cualquier material que tengamos por casa: papel, monedas, cartas, dados, lápices… son los favoritos para empezar.

la magia de la navidad

Sin embargo, si de verdad quieres que la magia de la Navidad te entusiasme y haga posible lo imposible delante de tus ojos, será mejor que reúnas a los amigos de tu hijo y a este y busquéis a un mago en tu ciudad. Es uno de los mejores regalos de navidades que se puede ofrecer a un niño, ya que es una experiencia única que difícilmente se puede cambiar por un vídeo en internet o un pack de magia “prefabricada”.

La magia profesional puede ser divertida para toda la familia, pero a los chavales les encanta porque busca su complicidad a través del humor, por ejemplo, porque los magos suelen tener mucha chispa y gancho, saben hacer chistes o bromas inofensivas que atraen la atención de su público infantil. Además, no solo hay trucos de magia, sino mucha música, ingenio, pruebas, juegos y, por supuesto, la participación de los asistentes. Es decir, no es una actividad pasiva. Los niños no se quedan quietos simplemente mirando al mago, sino que interactúan con él y sus ayudantes. Es más, ¡a veces uno de ellos puede ser su ayudante durante un número!

Ya vas cambiando tu manera de ver la magia de la Navidad, ¿verdad?  Y ahora comprendes que puede ser algo grandioso y, valga la redundancia, mágico.